Vivir el momento presente

Escucha la entrada del día de hoy 

Jueves 25 de octubre de 2012
Mateo 6:31-34
31 No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?
32 Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.
33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
34 Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.

¿Qué alimenta nuestros pensamientos? ¿Los remordimientos sobre el pasado? ¿La expectativa ansiosa del futuro? ¿La esperanza de días más favorables? ¿El miedo secreto de que una desgracia podría destruir nuestra tranquilidad y nuestros proyectos? El Señor nos pide terminantemente que vivamos con él el momento presente.
El libro del Eclesiastés nos recuerda que la vida efectivamente está constituida de diversos acontecimientos que se suceden unos a otros, trayendo a cada momento su parte de alegría o tristeza, de trabajo o descanso… La vida es así, y nuestros lamentos o inquietudes no pueden cambiar nada.
Pero el creyente no se detiene en esta constatación que fácilmente podría generar el fatalismo. En efecto, está en contacto con una Persona viva que lo ama, y a quien cada uno puede conocer y amar desde ahora.
Dios dirige las circunstancias de la vida. Éstas cambian, pero él no. Si nos va bien en todo, apreciemos lo que Dios nos da y démosle las gracias. ¿Estamos preocupados? Confiemos en ese Dios de amor que siempre está ahí, dirigiendo todo.
No vivamos en el ayer o en el mañana. Nuestra relación con Dios no es un sueño de lo que habría podido ser o de lo que podría suceder, sino una relación viva, de confianza, alegre y actual.

La Buena Semilla.