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Viernes 19 de octubre de 2012
Proverbios 14:13-14
13 Aun en la risa tendrá dolor el corazón; Y el término de la alegría es congoja.
14 De sus caminos será hastiado el necio de corazón; Pero el hombre de bien estará contento del suyo.
Hoy en día los videojuegos absorben una gran parte del tiempo de millones de jóvenes. Se les propone identificarse con seres virtuales dotados de poderes extraordinarios, incluso terroríficos. En los juegos en los que el esfuerzo, el sufrimiento y la responsabilidad desaparecieron, la «muerte» no es más que un simple incidente al que rápidamente le sigue una nueva «vida»… Los juegos se convierten en una forma de olvidar, por un momento, el presente que parece gris y el futuro que asusta. Incitan a escapar de la vida real, escondiendo la salida… y la única verdadera esperanza.
Es una mentira, un engaño, pues la vida que cada uno recibió al nacer tiene un objetivo. Dios nos preparó “una feliz postrimería, y una esperanza buena” (Jeremías 29:11, V.M.), “la esperanza de la vida eterna” (Tito 1:2). Dios dio la prueba de ello al venir a nuestro encuentro en la persona de su Hijo Jesucristo. Él no vivió una vida artificial. Mostró su poder haciendo milagros, y manifestó su amor ofreciéndose a sí mismo para borrar nuestros pecados. Ahora da la vida eterna a toda persona que cree en él; este creyente vive entonces cada día en relación con Jesús, quien salva, conduce a los suyos y responde a sus oraciones. En vez de encerrarnos en nosotros mismos, podemos acercarnos a los demás para testificarles del amor de Dios, de esta vida abundante que Jesús da. Él nos libera de nuestros temores y desesperanza, y nos da la paz.
La Buena Semilla.